El martes 31 de marzo (2009) leyendo en Internet el diario Clarín encuentro un subtitulo que dice: "Sólo una mujer de cada 40 llega a un cargo jerárquico"
“Las mujeres ya ocupan, en promedio, el 18,4% de los escaños en los parlamentos nacionales. Sin embargo, sólo una mujer de cada 40 llega a ocupar un cargo jerárquico, mientras que en los hombres la proporción es de 1 en 8. Ésta es una de las muchas evidencias de las desigualdades de género contenidas en el informe bianual de Unifem (Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer), que fue presentado ayer en Río de Janeiro”.
El documento también dice que a pesar de los escasos logros cuantitativos se debería alcanzar en 2015 la igualdad de participación femenina pero al ritmo actual los cargos electivos estarán a la par de los hombres en 2047.
Cuántos años más tendremos las mujeres que sobrellevar para que “los hombres” nos dejen participar sin discriminarnos por nuestro género? Acaso la inteligencia tiene género? A qué le temen los hombres para que nos excluyan en las tomas de decisiones de una institución, de un pueblo, de una provincia, de un país?
Sigue diciendo: …“En el mundo, la proporción de hombres que acceden a altos puestos directivos oscila entre 1 cada 6, y 1 cada 9. Pero aún en los países desarrollados, donde la proporción de trabajadores y trabajadoras a tiempo completo es similar, sólo una de cada 42 mujeres accede a un cargo ejecutivo”.
Observaron con detenimiento cuántas mujeres están al frente de sindicatos, empresas, cargos ejecutivos, etc?
Las mujeres que a lo largo de nuestras vidas compartimos con hombres distintas situaciones sociales, económicas, familiares, etc., siempre lo hemos hecho en forma conjunta. Nunca escuché que un grupo de mujeres discrimine a un hombre por el solo hecho de serlo.
Considero que las diferencias que existen entre el hombre y la mujer son por una cuestión hormonal, de masa muscular, por los órganos sexuales y porque las mujeres somos las que parimos a nuestros hijos. Pero las responsabilidades de la vida tanto en el seno familiar como en relación al trabajo y los compromisos sociales, son exactamente iguales para los dos. Aunque nos ocupemos de distintas situaciones hay responsabilidades que son compartidas.
A nivel político pasa lo mismo, son pocas las mujeres que llegan a cargos más altos que los hombres. En cada campaña electoral, ellos se excusan con la Ley de cupo femenino. Ley que fue sancionada el 6 de noviembre de 1991 en el Congreso de la Nación donde establece que los partidos políticos deberán tener mujeres un mínimo del 30% de los candidatos a cargos a elegir…Esto no es discriminación? Pero lo más lamentable que una vez escuché en boca de un legislador local fue que “así es la única manera de que ustedes tengan algo”. Machista?
Vuelvo a preguntar: A qué le temen los hombres?
Cuantas veces nos han mandado a lavar los platos, pero las mujeres podemos lavar platos, cuidar a los hijos, hacer mandados, ir a la reunión de padres, limpiar, estudiar, trabajar fuera de la casa, ser esposa, madre, amiga, hija, hermana, etc. etc. sin que nadie nos ridiculice.
Si las mujeres somos tan eficientes y responsables en estas cosas por qué no vamos a serlo en cargos públicos, políticos o ejecutivos.
Dónde están nuestros DERECHOS? Por qué solo nos exigen nuestras OBLIGACIONES y todo se nos cuestiona?
El hombre debe entender que sin la mujer no es nada y que la mujer sin el hombre tampoco lo es. Que Dios nos creo hombre y mujer para complementarnos y compartir, y no para que la mujer sea su servidora.
Nunca me interesó competir con ningún hombre para demostrar nada. Cada cual es como es, con defectos y virtudes.
Mientras los hombres necios que nos discriminan por nuestra condición de género sigan en el poder y los hombres justos no nos reconozcan por nuestras capacidades, las mujeres “nunca” ocuparemos el lugar que nos merecemos por derecho y mérito propio.
miércoles, 1 de abril de 2009
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