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Estaba sentada mirando televisión, tomando unos ricos matecitos y siento que alguien me chista… mire a los costados y nada… volví a compenetrarme en la peli que estaba mirando y otra vez… miro hacia la puerta y veo el perro del vecino… “Esteban, cómo entraste”?... pero lo que más me asombró fue cuando “Estaban” me habló: la puerta está abierta… dije: estoy loca?... no, no, el perro me habló… quedé anonadada cuando Esteban me dijo que si podía llamarme “Perra” en lugar de mi nombre… revoleando mis ojos como tratando de buscar una respuesta a lo “ilógico” dije: por qué? No te gusta mi nombre? O es una ofensa?... me dijo: no, no, no es mi intensión ofenderte pero porque si ustedes los humanos nos ponen nombres de personas nosotros no podemos llamarlos a ustedes los humanos perra, gato, lechuza, oso… ja! Respondí abrumada… pero eso suena peyorativo!!!, decir “gato” a una mujer es como decir que es una prostituta mantenida… decirle “oso” a alguien es decir que es muy grande y peludo… que se yo, respondí… El perro bajo la cabeza y moviéndola de un lado hacia el otro me dijo: y ustedes no pensaron que tal vez sus nombres puestos en nosotros los animales, nos molesta?! Porque no llamarnos boby, terry, coqui, lulú… no sonaría mejor… Y pensándolo bien recuerdo que cuando era pequeña los animales tenían “nombres asi”…
Feliz Día a todos los animales que sus dueños le pusieron “nombres asi”