No se cómo pero puedo pensar en ti sin llorar. Puedo ver tu foto sin preguntarme por qué. Aunque todavía no fui a tu casa después que te fuiste. No encuentro una razón para volver.
Pero ver a mi hija, a uno de mis hermanos y a mi madre sufrir aún por tu partida me pone… no se si “mal” es la palabra, no se si es bronca contenida, no se qué es.
Yo también te he rezado, yo también te he llorado, pero no puedo ver a mis seres queridos seguir sufriendo. Debo hacerme más fuerte.
Hoy hace un año de que nos dejaras. Se que donde estas, estás mejor que acá. No lo dudo. Pero necesito pedirte un último favor, necesito que me ayudes a que encuentren la resignación, que entiendan que es la vida misma la que nos pasó por encima, que nada podemos hacer, solo dejar que ésta herida se cierre y no sangre más.
Vi a mi madre al borde del abismo, escuché de su boca que nada le importaba, vi a mi hija casi en la misma situación…, por Dios, que difícil se me hace hacer que entiendan a la muerte.
Eso te pido Peta, ayudame a que éste camino de lágrimas se convierta en un camino de entereza, de lealtad a la vida… y a la muerte. De respeto a la voluntad de Dios y de que nuestra hora todavía no ha llegado.
No hagas que me enoje contigo, no quiero que sigas haciendo lo que hacías en vida, vos sabes a qué me refiero. No lo voy a permitir.
Por lo que más quieras que esté en el cielo, por lo que más quieras que aún sigue en la tierra, te pido, te imploro, deja que mis seres queridos se resignen a tu partida.
Yo también te extraño.
En vida fuiste una mujer dura pero frágil a la vez, quienes te conocimos en lo más íntimo, sabemos de tu hostilidad, de tu parquedad y de tus caprichos… es por eso que lo digo.
Dios, necesito recuperar a mi familia!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario